El Hospicio Cabañas, uno de los edificios más importantes de Guadalajara, se construyó gracias al obispo español Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, quien propuso construir un albergue para huérfanos y desamparados, abriendo sus puertas en 1810 como La Casa de la Caridad y de la Misericordia. El edificio es de estilo neoclásico y cuenta con 23 patios, 106 habitaciones, 78 pasillos y 2 capillas.
Durante la Guerra de Independencia, fue cuartel militar pero a los pocos años, retomó su sede como hospicio a cargo de las Hermanas de la Caridad, y el edificio fue adoptando el nombre de su fundador. Según la leyenda, en el Hospicio Cabañas se creó el típico postre tapatío, la jericalla. Entre 1937 y 1939, el muralista mexicano, José Clemente Orozco pintó dentro de la cúpula de la capilla mayor 57 frescos, entre los que destaca su obra maestra, El Hombre de fuego.
En 1980, dejó de ser hospicio para convertirse en el Instituto Cultural Cabañas, con el fin de preservar y difundir la cultura en la ciudad. Años más tarde, en 1997, fue declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y desde entonces ha fungido como museo, recibiendo varias exposiciones nacionales e internacionales. También ha sido sede de cumbres internacionales donde han asistido líderes políticos como Barack Obama, Fidel Castro, y el Rey Juan Carlos I. Actualmente se le conoce como Museo Cabañas.