Debido a la pandemia de COVID-19, el 2020 ha sido un año de retos para muchas industrias que realizaban actividades con grandes concentraciones de personas de manera rutinaria, como es la industria musical, específicamente la de los conciertos y festivales musicales.
Desde marzo, se han pospuesto varios festivales internacionales como Coachella, Glastonbury o Tomorrowland, anunciando sus fechas para el 2021. El festival Lollapalooza, además de posponer su festival presencial de este año, presentó por Youtube actuaciones de artistas de ediciones anteriores de manera gratuita.
Sin embargo, poco a poco, se comienzan a retomar actividades de acuerdo a la “nueva normalidad”, proponiendo distintas ideas como conciertos desde el automóvil, azoteas, o como sucedió en Inglaterra, en un concierto en vivo para 2,500 personas en el Virgin Money Unity Arena de Newcastle.
Este concierto fue pionero a nivel mundial, pues los asistentes fueron divididos en grupos de 5 personas, distribuidos en 500 plataformas metálicas, separadas entre sí por una distancia de dos metros. Cada una contaba con sillas, una mesa y una hielera. Para evitar aglomeraciones, todos los alimentos fueron comprados y distribuidos por adelantado.
Este concierto fue el primero de varios que se realizarán en este mismo lugar y sin duda, es un ejemplo de lo que será la “nueva normalidad” que se vivirá en la experiencia musical de ahora en adelante.